La sostenibilidad se ha convertido en una verdadera revolución en la agenda empresarial dominicana

Cada vez más empresas incluyen el concepto de “sostenibilidad” como un valor y dentro de la razón de ser de su organización.

Como Ingeniera Civil, Francina Hungría es consciente de la relación de la movilidad sostenible con todas las actividades sociales y productivas de un país. Para ella, da igual que se trate de una entidad financiera, una ONG de educación a mujeres o una familia. En cada caso, el logro de los objetivos depende mucho de las condiciones de movilidad en la que se viva en la zona.

Por eso, afirma que en la Fundación Francina, que preside en la actualidad, tienen claro que, si se involucran en los desafíos de sostenibilidad y movilidad que tienen las ciudades, se abre paso a mayores oportunidades para todas las personas, incluidas quienes viven con alguna discapacidad.

Desde su perspectiva, el liderazgo debe definirse por la capacidad de escucha y de generación de consensos. “En este momento del país, la actividad fundamental es movilizar las voluntades de grupos sociales, políticos y empresariales en torno a la transición hacia la sostenibilidad, incluyendo la movilidad urbana.”

Explica que alcanzar la movilidad sostenible óptima es un rol de cada ciudadano, institución, empresa y organización social o política. Recientemente retomaron la campaña Bastón Blanco con la premisa de impulsar la madurez institucional.

Comenta que ampliaron el alcance de sus servicios, creció la matrícula de familias beneficiarias y solo durante la pandemia, brindaron apoyo a unas 200 familias.

“Posteriormente, invertimos en el desarrollo de capacidades de mujeres con discapacidad visual, logrando que unas 30 se formaran en emprendimiento y planes de negocios. De estas, hay cuatro proyectos que están encaminados a su crecimiento. Y consolidamos una cooperativa que está en plena fase de desarrollo”.

Estas acciones les permitieron con una mirada mucho más cercana a lo que viven diariamente las personas con discapacidad visual por ello también se centraron en la movilidad sostenible como vehículo para la autonomía en igualdad de condiciones.

“En cuanto al alcance histórico de la campaña Bastón Blanco. En nuestra última edición, en 2019, el mensaje de accesibilidad urbana y entorno para todos, llegó a más de un millón de personas. Este año, tenemos una expectativa mayor. Por un lado, esperamos alcanzar a más de 1,300,000 personas, entre todas las acciones que tenemos en marcha. Por el otro, está el alcance intangible, en cuanto a la calidad del diálogo”.

Para lograr trabajar de la mano con el sector empresarial dominicano, la Fundación Francina se ha dado a la tarea de construir una estructura de confianza. “En los casi 10 años de trabajo continuo que llevamos, incluimos al empresariado dominicano como un aliado importante. Y eso nos permitió tender puentes entre sectores y temas de la productividad del país”.

Francina es fiel creyente de que para gestionar el cambio de una empresa hacia la sostenibilidad es clave comprender que esta va más allá de acciones como sembrar árboles un día, poner un zafacón para clasificar la basura o publicar mensajes de concienciación en redes sociales.

“Esa comprensión empieza por asumir que la sostenibilidad implica la gobernanza, la gestión ambiental y la responsabilidad social desde la filosofía corporativa. Es decir, así como una empresa no puede escalar sin una estrategia de negocios bien cimentada, tampoco llegará a la sostenibilidad sin una planificación que implique transformar desde la cultura interna hasta la relación con los públicos externos”.

En sus palabras, la sostenibilidad se ha convertido en una verdadera revolución en la agenda empresarial dominicana pues actualmente impacta las cadenas de suministro, los ciclos de vida de los productos, desde el suplidor hasta el consumidor final.

“Es difícil darse cuenta de cuando hay un estallido que marcará la historia. Pero, a juzgar por los intereses de las audiencias, las tendencias internacionales y la necesidad que tiene el país de competir bajo estándares globales, todo apunta en esa dirección”.

Actualmente, grandes empresas del país empezaron a incluir la sostenibilidad como un valor o como parte de sus filosofías.

“Hace unos meses me reuní con una ejecutiva de uno de los grupos empresariales de mayor influencia en el país. Y en todo momento, ella sustituyó responsabilidad social empresarial por sostenibilidad. Y su explicación fue sencilla, la responsabilidad social debe estar bajo la sombrilla de la sostenibilidad.”

Su mensaje para los empresarios lo resume de la siguiente manera: la accesibilidad de las empresas y de las ciudades es un tema de toda la ciudadanía. Las calles y aceras en malas condiciones le resultan mucho más caras a las empresas.

El costo en transporte, distribución, accidentes de tránsito en el trayecto laboral o los retrasos en las entregas de pedidos, desaceleran el crecimiento de las empresas. Incrementan los costes de producción, reducen la rentabilidad y, de paso, contribuyen a una convivencia más desigual. “Ese no es un tema de discapacidad. Es una cuestión de desarrollo y competitividad”.