Nuestra vida debería de ser nuestra empresa más importante
Sentido y propósito que guíe las acciones y decisiones, priorización y seguimiento de objetivos son prácticas empresariales que sirven para la vida.
María Begue nació en la ciudad de la paella, Valencia, España, pero ha hecho de Bogotá el epicentro en el que desarrolla sus consultorías y talleres, donde trata temas como: seguridad psicológica, manejo de expectativas, autoconocimiento, gestión de la incertidumbre, éxito en entrevistas, productividad, liderazgo desde la vulnerabilidad, marca personal, entre otros.
En paralelo, trabaja en HubSpot como Customer Success manager. Afirma que su experiencia profesional le ha ayudado en la elaboración de sus consultorías. “En mi caso, ambos roles están estrechamente relacionados, lo cual es una gran ayuda. Una parte de mi trabajo en HubSpot es apoyar a las personas de mi equipo en su desarrollo. Mi marca personal busca hacer lo mismo: ayudar a la gente a desatar su potencial. Todo lo que aprendo para mi marca me sirve para mi trabajo y viceversa”.
“Mi parte favorita de trabajar en HubSpot es compartir mis días con personas brillantes que me inspiran a ser mejor. Mi parte favorita de construir mi marca personal es poder enfocarme en aquello que genuinamente disfruto hacer: escribir, hablar, reflexionar, debatir, etc”, expresa.
Begue ha integrado los conceptos y técnicas que comparte en sus talleres a su vida y carrera profesional, “Hay muchísimas cosas que a las empresas les funcionan que nadie implementa en su vida, cuando realmente nuestra vida debería de ser nuestra empresa más importante”.
“Por ejemplo, pocas personas se plantean una estrella del norte para su vida. Sin embargo, todas las empresas cuentan con un "north star metric" que es esa métrica que guía la toma de decisiones. Teniendo en cuenta lo anterior, tu vida debe tener un sentido y un propósito que tú mismo definas, que guíe tus acciones y decisiones. Este propósito puede cambiar con el tiempo, ya que a medida que vayas evolucionando puedes darte cuenta de que quieres cosas distintas de las que inicialmente pensabas, lo cual es totalmente válido. Pero para llegar a ese punto, debes de empezar por algún lugar: definir tu estrella del norte personal y laboral. Esto es algo que casi nadie hace para su vida, pero que todas las empresas realizan”, señala.
“Otro ejemplo es la definición, priorización y seguimiento de objetivos. Todas las empresas definen, priorizan y le hacen seguimiento a sus objetivos. Sin embargo, lo más común para las personas es definir unos propósitos cuando empieza el año y sin ningún tipo de metodología, lo cual lleva a abandonarlos muy pronto sin que puedan llegar a tener un impacto en nuestra vida”.
María fue primera de su promoción, tanto en su carrera como en el colegio. “Ya que me preguntas por la relación entre mis resultados académicos y mis talleres, me fue bien en mis estudios por 2 motivos: 1. Porque me apasionaba lo que estudié.
- Porque el objetivo nunca fue ser primera, sino aprender para convertirme en una mejor persona. En ese sentido fue más bien una consecuencia que una meta.
Y estas dos cosas sí que las toco en mis talleres: la primera, la responsabilidad de encontrar nuestras pasiones, talentos y aquello que nos diferencia del resto.
La segunda, la importancia de al incorporar hábitos no pensar sólo en el resultado final, sino en aquello en lo que nos queremos convertir al transitar ese proceso”.
Señala que su objetivo es ayudar a las personas a crear la vida que quieren para sí mismos. “No sabemos lo que nos hace felices, y entonces no podemos serlo. No sabemos lo que queremos, y entonces no podemos escoger. Y ahí, en vez de mirar hacia dentro, miramos hacia fuera. Para ver si las cosas que hacen felices a otros, nos hacen felices a nosotros. Tapamos el sol con un dedo mientras el vacío sigue y sigue creciendo; cuando realmente todas las respuestas las llevamos dentro. Por eso mismo, la clave para vivir una vida más plena reside en el autoconocimiento”.
“Reside en entender cosas como ¿qué estaba haciendo la última vez que fui genuinamente feliz?, ¿por qué me gustaría ser reconocido por los demás? o ¿qué sueños me faltan por cumplir? Realmente es un camino que no creo que tenga un final, pero lo que está claro es que cuanto antes empieces esa labor de autoconocimiento, antes podrás empezar a sentir mayor satisfacción con tu vida”.
Para ella, los mejores líderes cuentan con 3 características complementarias y progresivas:
- Empatía: la capacidad de entender y sentir lo que otra persona experimenta.
- Adaptabilidad: después de entender al otro, la capacidad para adaptarte a su realidad para poder ayudarlo.
- Valentía: después de entender y adaptarte, viene la capacidad de cambiar y arriesgar para poder marcar la diferencia.
“Si te paras a pensar en cualquier líder mundial hoy, probablemente cuente con estas características”.
Cree que todas las personas pueden ser líderes, pero no todas las personas deberían serlo. “El liderazgo es una habilidad, y como toda habilidad se puede mejorar y aprender. Si yo pienso en el tipo de líder que era hace 5 años, me avergüenzo ya que hay muchísimas cosas que podría haber hecho mejor, si hubiese tenido el conocimiento y la experiencia que tengo hoy. Y, seguramente, dentro de 5 años, me avergonzaré de lo que hago hoy, ya que es un proceso que no tiene final. El error reside en que convertirse en líder es lo que más incentivamos para las personas que tienen buenos resultados dentro de una empresa, cuando realmente no es necesariamente lo que desean o lo que más sentido tendría para sus vidas. Lo que en última instancia los llevara a que no sean buenos líderes”.