El costo de no cambiar el modelo es gigantesco para el mundo, si no cambiamos de manera radical hacia la sostenibilidad. La capacidad de carga del planeta no va a soportar que sigamos haciendo negocios como lo venimos haciendo hasta ahora. Y desde una perspectiva para la empresa, también habrá un costo importante.

Emiliano Iturriaga Tovar es un apasionado de los viajes y la naturaleza desde antes de aprender a caminar. Este ingeniero en desarrollo sustentable con concentración en innovación social por el Tecnológico de Monterrey sabe muy bien los riesgos que corremos como humanidad si no cambiamos el modelo de desarrollo.

“Yo creo que para una empresa debería ser un requisito cambiar hacia la sostenibilidad, contar con el sello de empresa socialmente responsable, no debería ser algo como un orgullo o distinción, sino más bien un requisito. Una empresa hoy en día que no sea sostenible y socialmente responsable no debería de operar. No se trata ya de no ver cómo no generar daños al ambiente, sino de cómo generar un impacto positivo, cambiar el entorno y el mundo para bien, y eso es lo que hace una empresa responsable, utilizar un modelo de negocio con impacto positivo y mover las cosas para bien. Esa es la transformación empresarial que se debe lograr. Ya hay muchos sellos que certifican un desempeño sostenible”, enfatiza Iturriaga que ha tenido la oportunidad de participar en programas de desarrollo social y manejo ambiental en países como Kenia, Colombia, Marruecos e Italia.

Advierte que el costo de no cambiar el modelo es gigantesco para el mundo. “Si no cambiamos de manera radical hacia la sostenibilidad, la capacidad de carga del planeta no va a soportar que sigamos haciendo negocios como lo venimos haciendo hasta ahora. Y desde una perspectiva para la empresa, también habrá un costo, porque el mercado está cambiando y el comportamiento de los consumidores también. Y si no innovamos y nos modernizamos como empresa vamos a perder competitividad en el mercado. Por lo que podemos afirmar que si hay un costo como sociedad y también como estrategia empresarial”.

Vale destacar que Iturriaga fue delegado mexicano en el Foro Mundial de Jóvenes Líderes en el 2015, ha sido panelista y orador en eventos internacionales como TEDx Talks, La Conferencia Mundial de Crecimiento Verde en Corea o la Conferencia Mundial de Economía Solidaria en Francia.  Además, es miembro desde el 2017 del International Development Innovation Network del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y es co-fundador y director general de Rutopía, empresa social de turismo comunitario galardonada con más de 5 premios internacionales, entre ellos el Hult Prize, el premio de emprendimiento social más grande del mundo otorgado por el ex-presidente Bill Clinton en las Naciones Unidas.

En cuanto a Rutopía explica que es una empresa social, con un propósito muy claro como lo es regenerar la cultura y la naturaleza a través del turismo. “Nuestro fin es lograr una regeneración en los tejidos sociales, en los ecosistemas y en la cultura de las comunidades rurales y hacerlo a través de un modelo de negocio basado en el turismo”.

Explica que un dilema que en general enfrentan las empresas es que quieren ser sostenibles y al mismo tiempo ser rentables. “La cuestión es qué tanto podemos poner la sostenibilidad sobre las métricas tradicionales de negocio para una rentabilidad en el corto plazo. Mi opinión es que si beneficiamos el impacto y la sostenibilidad frente a la utilidad en el corto plazo vamos a generar un beneficio para la empresa mucho mayor a largo plazo, por el contrario, si buscamos maximizar el beneficio económico rápidamente por encima de todas las cosas, a corto plazo se verá bien, pero a largo plazo pondrá en riesgo a la organización”.

Iturriaga considera que la transformación digital puede ayudar a hacer a las empresas más sostenibles y la transformación sostenible puede ser un gran incentivo para que se desarrollen nuevas tecnologías digitales. “Van muy de la mano en los cambios empresariales. En el caso de Rutopía somos una empresa que está generando una transformación sostenible y altamente respaldados por tecnología digital”, afirma.

Y ciertamente, es muy valioso lo que están haciendo desde diferentes perspectivas y las métricas así lo confirman. “Vendemos turismo sostenible en comunidades rurales de México y eso ayuda a regenerar la cultura, naturaleza y tejidos sociales de estas comunidades, beneficiamos directamente a más de 525 personas en comunidades rurales, el 39% de las reservas turísticas que generamos van directo para personas en lugares rurales. Más de 1,100 viajeros vivieron experiencias de impacto en comunidades rurales generando una sensibilización por parte del viajero”, concluye.