Aún hay muchas empresas poco humanizadas

Inapetencia, ánimo aplanado, desinterés, fallos en sus roles laborales, enfermedades, alejamiento social, son solo algunos de los síntomas de un colaborador estresado.
 
Según una investigación de la Organización Mundial de la Salud, titulada “El trabajo y el estrés”, la mayoría de las causas del estrés laboral tienen que ver con la forma en que se gestionan las entidades y se define el trabajo. Por otro lado, el reciente estudio de la encuestadora Gallup “State of the Global Workplace 2023”, señala que la mayor parte de los colaboradores alrededor del mundo están estresados.
 
Ante esta realidad, quisimos conocer acerca de la situación en la República Dominica y consultamos con Hayddé Domínguez, psicóloga clínica, quien hace 15 años emprendió su oficina para ofrecer servicios en las áreas de psicología clínica y terapia sexual y de parejas, desde donde ofrece consultas privadas en Santiago en formato presencial y virtual al resto del mundo. Además es conferencista y tallerista en diversas instituciones y organizaciones públicas y privadas nacionales e internacionales con temas enfocados en el bienestar, la armonía y el trabajo eficaz de equipos, así como la estabilidad de las personas y familias.  Algunas empresas y organizaciones donde ha impartido talleres, charlas son: Supermercados Nacional, Hoteles Hyatt Cap Cana, Cooperativa Brugal, Cooperativa San Miguel, Grupo Universal, Almacenes El Encanto, Laboratorios Magnachem, ARS Humano, Gerdau Metaldom, Hoteles del País (HODELPA), entre otras.
 
Comenzamos la entrevista preguntándole cuáles son las principales condiciones psicológicas que afectan a los dominicanos, a lo que respondió: “En República Dominicana existe un malestar importante en un alto porcentaje de la población, debido principalmente a desigualdad social, indices de violencia, disfunción pareja y familia, baja gerencia paterna-materna, abuso de pantallas, entre otros. La ansiedad, la depresión, las adicciones y los problemas sexuales, están punteros en las consultas de psicología clínica”, señala.


¿Es el dominicano consciente de la importancia de su salud mental como parte integral de su bienestar y calidad de vida?  
 
Hay un buen rubro de la población cada vez más consciente del tema y su importancia, que buscan los servicios de salud mental, que tienen genuino interés en preservarse estables y sanos para sus familias y demás roles. Estoy optimista de que se siga trabajando el estigma y se creen proyectos en beneficio.
 
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Muchas personas afirman que funcionan mejor bajo presión, ¿en qué momento el estrés pasa a ser un problema? 
 
Hay un estrés que sirve de impulsor, por decirle un nombre popular. La presión natural cotidiana por cumplir responsabilidades, por validar una agenda y hacer lo que me toca hacer, le dicen al individuo que se mueva, que actúe y responda, pero cuando estas demandas sobrepasan la capacidad de un organismo para funcionar adecuadamente, viene el efecto contrario: se paran las habilidades, hay malestar, sufrimiento, displacer en hacer lo que se debe y una inapetencia general. Se compromete el organismo de forma integral, aparatos digestivos, cardiovasculares, nervioso, se somatiza y se sufre cuando ese estrés no se atiende a tiempo.
 
 
¿Cuáles son las causas más comunes del burnout? 
 
Un exceso de trabajo que sobrepasa nuestras capacidades. Toda persona que le demanda más de la cuenta y no se da, como consecuencia, el cuidado, las pausas y la atención profesional de lugar, tiene riesgos de “quemarse” en el trabajo. Hay causas propias de la competitividad, de no dejarse caer profesionalmente, de aspirar a un ascenso, de verme con capacidades únicas ante mis compañeros, el no saber decir que no ante más demandas del trabajo, el no saber poner límites para que no me critiquen, tener muchas demandas al mismo tiempo en la casa, son otras posibles causas que enferman en el trabajo.
 
 
¿Cómo detectar que un colaborador está sufriendo burnout? ¿Cuáles son los síntomas  y cómo lo afecta desde lo personal, familiar, hasta su productividad? 
 
Inapetente, ánimo aplanado, desinterés, fallos en sus roles laborales, enfermedades, alejamiento social, menos sonriente, impuntual, menos participativo y creativo que antes, visitas regulares al médico, licencias médicas, dolores de cabeza frecuentes, ausencia de reuniones, trabajo acumulado, entre otros.


Según la encuesta de Gallup el estrés ha alcanzado récords históricos. ¿A qué atribuye esto?  
 
Muchas empresas poco humanizadas, pobre inversión en bienestar organizacional, gerentes que piensan que invertir en felicidad empresarial es perder recursos y tiempo, pocas o ningunas políticas públicas que vigilen o auditen estos temas.
 
 
¿Cómo las empresas pueden poner en marcha políticas destinadas a la detección, prevención e incluso tratamiento del burnout? 
 
Primero, tener un equipo de gestión humana sensible y que se le empodere el trabajar esta temática tan importante. Luego, ir de la mano, gerencia y gestión humana, para implementar salas de bienestar, encuentros de socialización, talleres, team buildings regulares, enfoque de estas reuniones en salud mental, tener rituales regulares como cumpleaños del mes, escuelas de verano para hijos, días festivos, hacer alusión si aplica a la naturaleza empresarial, entre muchos otros proyectos que prevengan el bornout, creen pertenencia y brinden bienestar al capital humano de la organización.
 
 
¿Qué recomendaciones puede ofrecer para mantener un sano estado mental? 
 
Autocuidados, límites definidos, unirse a gente que sume, tener ocupaciones alineadas a la vida que queremos, tener hobbies personales (leer, meditar, yoga, orar, cantar, ejercicio, manualidad, arte, etc.), mantener supervisión de la alimentación, pues esta influye directamente en la salud mental.
 
 
¿Ha sido el escenario digital un impulsor del burnout y el estrés? ¿Cómo ha afectado la era digital en la salud mental de las personas? 
 
Lo digital ya llegó y no se irá. Nos conviene amistarnos con eso, pero siempre con límites firmes. La vida virtual no es la vida real, hay que darle a cada quien su tiempo y trascendencia. La generación actual debe, necesariamente volver a conductas de antes respecto a empatía ecológica y a ver la vida urbana y congestionada como parte de la era, pero no normalizar vivir ahí sin pretender que no nos aturdirá tanto encierro, la baja socialización y la adicción a pantalla.
 
Nada moderno y ninguna pantalla, por atractiva que sea, podrá darnos los beneficios de una mascota, caminar en un jardín, ir a la playa, cuidar plantas, cantar, bailar, hacer senderismo y otros similares.