Perspectivas Económicas 2025 para la República Dominicana: Desafíos y Oportunidades

De cara a 2025, la economía de la República Dominicana presenta un panorama mixto, marcado por un crecimiento moderado, estabilidad en la inflación, presión cambiaria y desafíos fiscales persistentes por la falta de aprobación de la reforma fiscal. A medida que el mundo enfrenta un escenario de alta volatilidad, el país tendrá que equilibrar sus políticas monetarias y fiscales para sostener el dinamismo económico y la estabilidad cambiaria.
 
Un Crecimiento Moderado: El dilema del BCRD
 
La economía dominicana, que ha sido una de las más robustas de América Latina en las últimas décadas, experimentará una desaceleración significativa en 2025. Aunque se proyecta un crecimiento del 5.1% para 2024, este ritmo caerá a 3.4% en 2025. Esta desaceleración, que no es una opinión generalizada en el mercado, responde a altas tasas de interés de mercado, las cuales si bien han disminuido 125 puntos básicos en las últimas cuatro semanas, son las mayores tasas de interés reales (descontando inflación) de la región. 
 
En el ámbito internacional, la política monetaria de Estados Unidos juega un papel fundamental. La mayoría de los países han comenzado a reducir sus tasas de interés más rápidamente que la Reserva Federal, lo que da una fortaleza relativa del dólar sobre las monedas emergentes. Desde finales de marzo, divisas como el real brasileño y el peso colombiano se han depreciado un 15%, mientras que el peso mexicano lo ha hecho en un 20%. Afortunadamente, el peso dominicano ha demostrado mayor resistencia, con una depreciación de apenas un 3.1%, lo que refleja una política monetaria restrictiva por parte del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), que terminará afectando el crecimiento económico.
 
El BCRD enfrenta un dilema importante: fomentar un mayor crecimiento económico o mantener la estabilidad cambiaria. En Ecoanalítica esperamos que las políticas de tasas de interés mantendrán la estabilidad cambiaria, teniendo un impacto negativo sobre el crecimiento económico. 
 
Altas tasas de interés mantendrán la Inflación en la parte inferior de la meta
 
Las proyecciones de inflación para el país muestran una estabilidad destacable. Se espera que el índice de precios al consumidor cierre en 2.9% en 2024 y se mantenga cercano al 3.0% en 2025. Esta tendencia es positiva, especialmente con la expectativa de un mercado petrolero más equilibrado.
 
En contra del consenso del mercado, Ecoanalítica anticipa una caída en los precios del petróleo debido a un exceso de oferta, a pesar de las tensiones derivadas de los conflictos en el Medio Oriente. Esto podría aliviar las presiones inflacionarias y beneficiar a una economía como la dominicana, altamente dependiente de la importación de combustibles.
 
Desafíos Fiscales: Una Reforma Aún Lejana
 
En el frente fiscal, el panorama luce menos alentador. Las cuentas fiscales se mantendrán sin cambios significativos, dado que no se anticipa una reforma fiscal hasta 2028. La ausencia de avances en la reducción de la evasión fiscal y la mejora de la supervisión financiera limita las capacidades del gobierno para incrementar los ingresos y mejorar la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
 
Este estancamiento fiscal podría dejar al país vulnerable frente a shocks externos o una mayor necesidad de financiamiento. A pesar de esto, el déficit comercial se mantiene financiado en gran medida por fuentes clave como las remesas, el turismo y la inversión extranjera directa (IED), que continúan siendo pilares de la economía dominicana.
 
En resumen, la República Dominicana enfrenta un 2025 marcado por un crecimiento económico moderado, estabilidad inflacionaria y un panorama fiscal desafiante. La capacidad del BCRD para equilibrar el crecimiento con la estabilidad cambiaria será clave, mientras que la política fiscal seguirá siendo un factor de riesgo debido a la falta de reformas estructurales.
 
A pesar de estos desafíos, el país cuenta con fortalezas importantes como la resiliencia de su moneda, la estabilidad de los precios y un flujo constante de remesas y turismo. Estas variables serán fundamentales para mitigar los riesgos y mantener la confianza de los inversionistas en un entorno global incierto.