SECTOR AUTOMOTRIZ en retroceso si el estado no toma medidas para su reactivación

 

La venta de vehículos tiene la distinción de fungir como uno de los principales indicadores de bienestar socioeconómico de un país, ya que la compra de un nuevo vehículo suele ser uno de los primeros bienes relevantes a ser adquiridos por las personas una vez alcanzan financieramente tal posibilidad. Es así como, cuando se compra un vehículo nuevo, se garantiza la inversión, se contribuye a modernizar el parque automotor y se dinamiza la oferta comercial local. En el país, uno de los sectores con mayor carga impositiva es el automotriz, razón por la cual, la adquisición de un vehículo nuevo puede posponerse por parte del comprador, quien frente a esta realidad busca en el mercado secundario, que no está conformado por el natural proceso de renovación de los productos del mercado local, sino inundado por vehículos usados importados, de una opción sustitutiva. Hoy, esta realidad está poniendo en jaque al sector de vehículos nuevos y afectando significativamente al sector automotriz nacional.

Durante los últimos años, las importaciones de vehículos usados han crecido, al pasar de 23,495 unidades en el 2012 a 82,521 en el 2019 (251% de crecimiento); mientras las importaciones de vehículos nuevos se han mantenido estancadas durante el mismo período, variando apenas de 22,636 a 23,252 unidades al cierre de 2019 (2.7% de crecimiento); esto genera un impacto desfavorable en el sostenimiento del renglón automotriz, que permita la renovación del parque automotor y ofrezca todas las garantías de servicio técnico especializado hacia el consumidor.

Al remontarnos a unos años atrás, tomando datos de la Dirección General de Aduanas, se aprecia que en 2016 el sector automotriz en general ( nuevos + usados) marcaba un récord en el mercado nacional con un 36% de crecimiento para un total de 97,790 vehículos importados, mientras que para el 2017 la cifra decrecía a 91,654; sin embargo, y aunque estas cifras puedan parecer altas, lo cierto es que la mayoría de los vehículos importados fueron de “segunda mano”, pues solo un 30% (29,123 unidades) para el 2016 y un 22% (20,884 unidades) para 2017 correspondieron a vehículos nuevos.

 

Un año más tarde, en 2018, el sector presenta un ligero incremento en ambos segmentos y la importación de vehículos nuevos asciende a 22,361 unidades, mientras que los vehículos usados alcanzan un total de 74,217, y para el 2019, la importación de unidades nuevas solo representó un 22% del total del mercado, manteniendo durante los últimos 8 años un estancamiento, cuando no un decrecimiento porcentual, de vehículos nuevos versus usados. Es interesante destacar, según las estadísticas del

Banco Mundial, que durante el período 2012 al 2018, el en el sector, tiempo en el que hemos Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana sostuvo un crecimiento constante, pasando de 60,682 billones de dólares en el 2012 hasta los 85,555 billones de dólares a finales del 2018, lo que demuestra un significativo desarrollo económico nacional por encima de un 40%, cifra que contrasta con el decrecimiento del 1.2% en la importación de vehículos nuevos en ese mismo período. Partiendo de esta data, se estima que el sector automotriz, específicamente la venta de autos nuevos debió crecer como lo ha hecho en otros países, sin embargo, este no fue el caso de República Dominicana, quien experimentó un retroceso significativo.

Estos cambios reflejan una caída sostenida del mercado de vehículos nuevos, que se ha acentuado en los últimos 16 años, pues para el año 2003 la relación de importación resultaba en un vehículo usado por cada vehículo nuevo, y durante el 2019, esta relación se ubicó en una cifra récord de 3.5 vehículos usados por cada vehículo nuevo importado al país. Esto supone una realidad alarmante, pues se traduce en un parque automotor obsoleto, más contaminante e inseguro, esto último relacionado particularmente a vehículos con adaptaciones de combustible que no cumplen con las regulaciones mínimas de seguridad, y por otra parte, la presencia de vehículos que fueron fabricados originalmente con el guía a la derecha y son modificados para colocar el guía a la izquierda por terceros no certificados y/o no vinculados al fabricante original. Esto revela la importancia de modernizar el parque automotor de la República Dominicana, ya que según el informe de 2018 sobre el parque vehicular nacional elaborado por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), el 46.4% de los vehículos registrados en el país está compuesto por unidades fabricadas previas al año 2000.

Otras preocupaciones del sector a nivel nacional apuntan a la falta de regulación para las entidades importadoras de vehículos, pues actualmente existen más de 1,500 entidades registradas activas, de los cuales casi 1,200 importadores manejan menos de 50 unidades al año, lo que supone un mercado altamente atomizado, compuesto por importadores formales e informales, constituyéndose en una multiplicidad de oferentes cuya supervisión y fiscalización se dificulta. En este sentido, por ejemplo, en el 2018 entraron al país un aproximado de 2,800 unidades que no cumplían con los requisitos de ingreso, ya que se encontraban fuera del año autorizado para importar.

Los vehículos nuevos representan una garantía de inversión para el comprador, pues cuentan con las tecnologías más eficientes en rendimiento de combustible y las características adaptadas a las condiciones de manejo del país de destino, garantía provista por los fabricantes y servicio técnico especializado que asegura que cualquier desperfecto que se presente será cubierto durante el tiempo de vida útil del vehículo, así también, los representantes de las marcas internacionales cubren las campañas de servicio o “recalls” (como son conocidas en el sector), sin costo para los propietarios de los vehículos nuevos adquiridos en el país.

Todas estas condiciones antes descritas han causado preocupación en los diferentes sectores involucrados tanto en los concesionarios como en el fisco nacional, debido a la falta de aprovechamiento de las oportunidades para promover un crecimiento de las recaudaciones que se derivan del sector de vehículos nuevos. Se estima que la importación de vehículos nuevos llegue a su punto más bajo en los últimos 10 años para este 2020, principalmente bajo las complejas condiciones generadas por la pandemia de COVID-19, en el marco de un sector que emplea más de 4,000 personas de manera directa y supera las 18,000 de forma indirecta, representando así, unos de los principales sectores económicos por su contribución fiscal.

Frente a esta situación y para conocer un poco más sobre como las empresas del sector están afrontando esta situación, y conocer que se puede esperar para el reimpulso de esta importante actividad económica en el país, Factor de Éxito (FDE) contactó a la empresa líder del sector en el país según el porcentaje de ventas en vehículos nuevos, con experiencia centenaria en el mercado dominicano y por ende referente del sector automotriz en el país, Santo Domingo Motors (SDM). Anibal Rodriguez, vicepresidente ejecutivo, nos compartió sus impresiones desde la perspectiva de la empresa que funge en el país como representante oficial de las marcas de prestigio mundial, tal y como lo son Nissan, Chevrolet, Suzuki, Infiniti y Yamaha.

 

FDE: ¿Cómo ha impactado al sector automotriz y a Santo Domingo Motors la situación derivada por la pandemia de COVID 19?

SDM: El estado actual de crisis mundial, causado por la pandemia COVID-19, ha generado grandes repercusiones en todos los ámbitos del sector empresarial, incluso en el sector automotriz tanto a nivel mundial como nacional; en el caso de nuestro mercado, nos hemos visto profundamente afectados con una paralización total de operaciones en el sector, tiempo en el que hemos tenido que hacer frente a todos nuestros compromisos legales, laborales y financieros sin producir ingreso alguno desde el 19 de marzo. Esto ha obligado a que nuestro sector y sus respectivos actores, diversifiquemos nuestros abordajes y estrategias de negocios para poder asumir distintos mecanismos operativos, esto, con el principal objetivo de continuar brindando apoyo a la sociedad y velar por la sostenibilidad del sector con visión de largo plazo.

Durante 100 años, Santo Domingo Motors ha estado comprometido con la República Dominicana, y esta situación no ha sido la excepción, pues hemos decidido enfrentar el desafío ponderando y asumiendo múltiples alternativas para apoyar a nuestros colaboradores y aportar a la sociedad por medio de varias iniciativas, desde el préstamo de vehículos para traslados de insumos junto a algunas organizaciones sociales, hasta operativos especiales. Sin embargo, se hace necesaria y fundamental una revisión de los apoyos que deberán colocarse para que el sector pueda reactivarse y reacomodarse frente a esta nueva realidad.

FDE: ¿Qué medidas especiales han implementado para la prestación de servicios? ¿Se han mantenido activos?

SDM: Las operaciones comerciales y de servicios se mantuvieron paralizadas desde el 19 de marzo, tal como instruyó el ejecutivo nacional, sin embargo y durante ese tiempo, el Ministerio de la Presidencia nos concedió un permiso especial de operación limitada y por unos pocos días, con la única finalidad de poder brindar servicio a las flotillas de vehículos de las instituciones de seguridad, obras públicas y servicios de atención de emergencias y/o salud del Estado dominicano, primordiales en la tarea de ofrecer respuesta y atención oportuna a la emergencia causada por la pandemia de COVID-19.

En adición, continuamos brindando soporte y protección a todos nuestros colaboradores, mantuvimos vigente nuestro plan de seguro médico, asegurando a todo nuestro personal y su círculo familiar estuviesen debidamente informados de todos los beneficios y ventajas que ofrece su póliza. De igual forma, activamos un plan de apoyo económico con el firme propósito de auxiliar y apoyar, dentro de nuestras posibilidades, a cada uno de nuestros colaboradores y sus familias.

El pasado 20 de mayo dimos reinicio a nuestras actividades en concordancia con la primera fase del proceso de recuperación de la actividad económica, para ello adecuamos nuestras instalaciones y reforzamos de manera rigurosa nuestras medidas de higiene y desinfección basadas en los lineamientos emanados por las instituciones nacionales e internacionales pertinentes como la Organización Mundial de la Salud (OMS). También incorporamos un estricto protocolo de seguridad y salubridad a partir de las medidas especificadas por el Ministerio de Salud Pública, permitiéndonos así cuidar de nuestros colaboradores, clientes y visitantes.

Ahora bien, un punto que vale la pena destacar, es que no es lo mismo el reinicio de la actividad económica que la reactivación del sector, pues si bien podemos reanudar operaciones en esta primera fase, e iremos avanzando conforme a nuestras capacidades bien vayamos superando cada fase de este proceso, lo cierto es que esta situación y el impacto económico que trajo como consecuencia deja a todo el sector en una delicada posición ante el futuro, sobre todo si consideramos que en el ámbito de los vehículos nuevos ya veníamos trabajando sobre la realidad de un mercado distorsionado, donde el volumen de venta de vehículos usados frente a los nuevos es desproporcionada, pues la indiscriminada importación de vehículos de segunda mano ha venido afectando el crecimiento del sector de nuevos en la última década y envejeciendo sistemáticamente el parque automotor del país, con las consecuencias ambientales, económicas y sociales que trae consigo, algo contrario a la realidad de prácticamente toda Centroamérica y el resto del Caribe.

FDE: Con relación a la reapertura de las actividades del sector automotriz, ¿qué consideraciones tiene Santo Domingo Motors con relación a la reactivación del sector en República Dominicana?

SDM: Si bien es cierto que el sector empresarial está asumiendo diversos compromisos para continuar con su operatividad, la unión entre el sector público y privado se hace necesaria y fundamental para el fortalecimiento de la economía nacional. En consecuencia, es importante que el sector automotriz nacional trabaje de la mano con el gobierno para buscar alternativas que apoyen una eficaz y verdadera reactivación del sector automotriz.

Varias de estas alternativas están directamente relacionadas con la creación e implementación de un plan de nivelación tributaria que beneficie a los representantes de marcas y concesionarios a nivel nacional. Muchos de estos porcentajes de carga fiscal sumados a la transacción de venta del vehículo están relacionados a aranceles, impuestos de circulación, C02, ITBIS, tasa aduanera, entre otros. La carga fiscal de vehículos puede llegar a alcanzar hasta el 40% del precio de venta al público.

La exoneración de algunas cargas fiscales, durante un periodo de tiempo definido por ambas partes, incentivaría al mercado a comprar vehículos nuevos ya que habría un porcentaje de descuento considerable que se aplicaría al precio final durante la venta. Esto también daría cabida para que las empresas delsector automotriz puedan convertir parte del inventario que actualmente tienen paralizado en liquidez (solvencia), con el fin de actualizar sus compromisos financieros y así poder aportar a la continuidad de sus operaciones.

De igual forma, a mediano plazo, estas medidas fortalecerían al sector y propiciarían la venta de vehículos nuevos. Al momento de ser levantadas las exoneraciones fiscales, el sector automotriz estaría lo suficientemente fortalecido como para continuar realizando sus operaciones y vendiendo autos nuevos con los montos impositivos ya instaurados, lo que representaría grandes recaudaciones para el gobierno.

Por otro lado, esta nivelación tributaria también permitiría que la República Dominicana pueda emular ciertas iniciativas que han sido concebidas entre gobierno y sector automotriz en otros países de la región. Otros países han tenido experiencias muy positivas, a través de un plan dirigido al bienestar de las clases populares, donde los concesionarios y representantes de marcas facilitaron a este segmento de la población la compra de un denominado “vehículo familiar” nuevo, a bajo costo, con el que pueden transportarse de forma segura y sin inconvenientes. Esto sería ideal bajo la coyuntura de COVID-19, ya que le permitiría a una parte de la ciudadanía dominicana adquirir un vehículo nuevo, con todas las garantías, renovando el parque automotor, mientras con ello se hacen de un medio de transporte personal que reduce significativamente su riesgo al contagio a través del transporte público, siendo este último, uno de los espacios de mayor riesgo. Así mismo, estos beneficios pueden ser aplicados con un monto limite que sea directamente proporcional al valor de venta del vehículo lo cual fomentaría la venta de vehículos más asequibles y racionalizando la proporción de vehículos nuevos y usados en el país.