Un estudio vincula fumar cigarrillos electrónicos con la aparición de prediabetes

Un análisis de datos de una gran encuesta representativa a nivel nacional de la población de EEUU demuestra que el uso de cigarrillos electrónicos está asociado con mayores probabilidades de prediabetes. Estos hallazgos, que aparecen en un estudio que difunde American Journal of Preventive Medicine, añaden importante evidencia sobre los efectos de los cigarrillos electrónicos en la salud.

El doctor Shyam Biswal, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, en Baltimore, e investigador principal de este trabajo, destaca que han demostrado “una clara asociación del riesgo de prediabetes con el uso de cigarrillos electrónicos. Dado que tanto el uso de cigarrillos electrónicos como la prevalencia de la prediabetes aumentaron drásticamente en la última década, nuestro descubrimiento de que los cigarrillos electrónicos conllevan un riesgo similar al de los cigarrillos tradicionales con respecto a la diabetes es importante para comprender y tratar a las personas vulnerables».

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Atlanta, los fumadores de cigarrillos tradicionales tienen entre un 30% y un 40% más de probabilidades que los no fumadores de desarrollar diabetes tipo 2, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como de accidentes cerebrovasculares.

Cigarrillos electrónicos y prediabetes

La paradoja es que los fabricantes de estos dispositivos los promocionan como un producto de reducción de riesgos para los fumadores de cigarrillos tradicionales. Su utilización entre los jóvenes está aumentando, por lo que se han convertido en un problema de salud pública.

Para determinar la asociación entre el uso de cigarrillos electrónicos y la prediabetes, los investigadores analizaron datos de 2016 a 2018 del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo del Comportamiento (BRFSS). Se trata de la encuesta de salud anual representativa a nivel nacional más grande de adultos de EEUU, con datos sobre resultados de salud, comportamientos de riesgo, servicios preventivos y afecciones crónicas.

Entre los 600.046 encuestados, el 9% (más de 66.000 personas) eran usuarios actuales de cigarrillos electrónicos que autoinformaron diagnósticos de prediabetes. Los datos también demostraron que los que utilizan estos ingenios electrónicos tienen una mayor prevalencia de factores de estilo de vida de alto riesgo y un peor estado de salud física y mental, frente a los no fumadores.

De los encuestados, un 50,4% eran mujeres, 67,7% blancos no hispanos, 12,2% negros no hispanos, 5% hispanos y 28,6% tenían 35 años o más. En esta muestra representativa de adultos estadounidenses, el uso de cigarrillos electrónicos se asoció con mayores probabilidades de prediabetes en comparación con aquellos que no usaban cigarrillos electrónicos o cigarrillos tradicionales.

“Nos sorprendieron los hallazgos que asocian la prediabetes con los cigarrillos electrónicos porque se promocionan como una alternativa más segura, lo que ahora sabemos que no es el caso”, reconoce el doctor Biswal. “En el caso de fumar cigarrillos -añade-, la nicotina tiene un efecto perjudicial sobre la acción de la insulina y parece que los cigarrillos electrónicos también pueden tener el mismo efecto”.

Nefastas previsiones para 2030

Este investigador recuerda que el esfuerzo que se ha llevado a cabo para abandonar el tabaquismo se ha traducido en una disminución del consumo de cigarrillos convencionales. “Es hora de que redoblemos nuestros esfuerzos de salud pública para promover el cese de los cigarrillos electrónicos”, apostilla.

La prediabetes se define como la presencia de alteración de la glucosa en ayunas (superior a 100-125 mg/dl), alteración de la tolerancia a la glucosa (superior a 140-199 mg/dl dos horas después de una ingesta oral de glucosa de 75 g) o hemoglobina A1c entre 5,7 y –6,4%, que indican un estado glucémico intermedio entre la glucemia normal y la diabetes.

Desde los CDC se destaca que la prediabetes se ha vuelto cada vez más común en las últimas décadas y estimaciones recientes indican que el 38% de los adultos estadounidenses tienen esta afección. Las previsiones estiman que dentro de solo ocho años, más de 470 millones de personas en todo el mundo serán diagnosticadas con prediabetes.