Visualizan cómo bacterias hospitalarias resisten a los antibióticos
Es bien sabido que el tratamiento de infecciones graves causadas por bacterias patógenas se basa en antibióticos de último recurso, pero la creciente resistencia de las superbacterias a la mayoría de los medicamentos aprobados clínicamente deja a los pacientes expuestos a posibles muertes.
Ahora, científicos de la Universidad de Flinders, en Adelaida, explican en Microorganism su estudio experimental. Se han centrado en una cepa hospitalaria de Acinetobacter baumannii y su respuesta celular al potente antibiótico Colistina.
Los clínicos saben desde hace tiempo que A. baumannii se puede encontrar en material hospitalario, como aparatos de ventilación mecánica, catéteres, líquido de diálisis peritoneal y una amplia variedad de instrumentos. Hay que subrayar que puede formar parte de la flora normal de la piel de los adultos sanos y tiene capacidad para colonizar la cavidad oral, faringe e intestino, constituyendo unos reservorios epidemiológicos muy importantes en brotes nosocomiales.
En los últimos años, se ha registrado un importante incremento de las infecciones nosocomiales por A. baumannii, siendo responsable de infecciones graves como sepsis, neumonía y meningitis. Las unidades más afectadas son las de cuidados intensivos y quemados, donde el uso masivo de antibióticos puede seleccionar la aparición de cepas multirresistentes.
Diversos organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los CDC de Atlanta, en Estados Unidos, consideran que la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo, con un número creciente de infecciones.
Bacterias hospitalarias resistentes a los antibióticos
Entre ellas, destacan neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis, que se vuelven más difíciles de tratar a medida que los antibióticos utilizados para tratarlas reducen su eficacia. A esto hay que añadir que la resistencia a los antibióticos se traduce en estancias hospitalarias más largas y un mayor índice de mortalidad.
Para la doctora Sarah Giles, principal autora de este estudio, “cada vez se identifican y producen menos antibióticos nuevos para uso biomédico y esto se ve agravado por la resistencia cada vez mayor que se observa en las cepas bacterianas que causan infecciones”.
"Si podemos entender los mecanismos bacterianos, como este, potencialmente podremos aplicar nuevas terapias para tratar a los pacientes, particularmente aquellos con infecciones bacterianas multirresistentes", añade.
Esta investigadora y su equipo observaron que la cepa bacteriana A. baumannii tenía un sistema de señales de dos partes que alteraba su respuesta potencial al tratamiento con antibióticos. Esta transducción de señales de dos componentes observada involucra una proteína reguladora de respuesta en el sistema StkR/S que actúa como un represor y, cuando se elimina genéticamente, se observan cientos de cambios transcripcionales.
Algunas de estas alteraciones afectan la composición de la membrana externa de la célula bacteriana, lo que genera resistencia al antibiótico Colistina.
Este medicamento es conocido por clínicos e investigadores como el último recurso, y, por lo tanto, “es fundamental identificar y comprender los mecanismos que contribuyen a que las bacterias hospitalarias sean resistentes a los antibióticos», como subraya la profesora Melissa Brown, también de este equipo.
El fármaco Colistina es un polipeptídico bactericida que se une a lipopolisacáridos y fosfolípidos de la membrana celular externa de bacterias gramnegativas, como recuerda la Asocación Española de Pediatría. Pertenece a la familia de las polimixinas.