El Capital Humano en la Gerencia Energética
¿Quién debería llevar el control del consumo de energía en una organización? En algunas empresas esa partida la maneja finanzas, o administración, porque es un gasto de un servicio; en otras, lo registra mantenimiento porque es quien conoce del proceso operativo, y puede entender la información técnica que ahí se reporta.
Desde el punto de vista de la descripción de cargos, a finanzas le interesa el aspecto económico del proceso, es decir, que la factura sea correctamente procesada y se dé la instrucción de pago a tiempo para evitar una suspensión del servicio. Por su parte, mantenimiento puede emplear tiempo en procesar la información, pero encuentra su atención enfocada en garantizar la operatividad del proceso, así como minimizar el tiempo de parada no programada de las líneas de producción. De esta manera, pareciera que organizacionalmente no existe espacio para dedicarle a la gestión efectiva del consumo de energía.
Como se planteó en el artículo de la edición VIII “¿Existe alguna utilidad en los Indicadores de Desempeño Energético?”, la finalidad del uso de estos consiste en tener las herramientas necesarias para cuantificar la disminución del consumo de energía, y en consecuencia, tomar decisiones oportunas. Ahora bien, con base en lo anterior, la gerencia energética no es más que estructurar el funcionamiento organizacional para articular, en el equipo de trabajo, las acciones necesarias que permitan reducir de forma sistemática el uso de las distintas fuentes de energía.
Equipo humano de la Gestión de Energía
Así como las organizaciones poseen variaciones en tamaño, complejidad y disponibilidad de recursos, los equipos de gestión de energía en éstas se adecúan a dicha realidad. Desde las empresas pequeñas, con un solo representante, hasta las de gran tamaño con un equipo multidisciplinario que permita la apreciación de los diferentes departamentos, la norma ISO 50001:2011 establece que la alta gerencia debe designar a un líder del equipo de gestión de energía, que sirva de enlace y sea el responsable.
Este líder, para evitar una atención ligera al tema, debe dedicar una porción importante de sus atribuciones laborales a la evaluación del desempeño energético, siendo establecido su grado de dedicación y competencias, a la realidad y complejidad de la organización.
Una vez definida la política energética de la empresa, sus objetivos, metas, y se haya organizado el equipo de gestión de energía, siendo garantizado el apoyo de la alta gerencia a la disposición de recursos tanto humanos, como técnicos, comunicacionales y monetarios, es que los consumos e indicadores de la organización comenzarán a disminuir. Para ello, se deben usar herramientas como la Línea Base y los procesos de Monitoreo y Verificación (M&V), para evaluar el desempeño de las medidas incorporadas en el tiempo.
En conclusión, el capital humano es fundamental para alcanzar una organización energéticamente eficiente ya que es un proceso que debe nacer desde la alta gerencia y permear aguas abajo. Es un tema de voluntad y dedicar los recursos adecuados para la obtención de resultados en el corto, mediano y largo plazo. En la República Dominicana con el costo energético más elevado del continente, sólo hace falta definir cómo se quiere recuperar la inversión, lo demás llega por sí mismo. Nuevamente, la eficiencia energética es un proceso sistémico, estructural y conductual de la empresa, no es un mero reemplazo tecnológico.