Tus ojos, una ventana al cerebro

A través de nuestro cerebro interpretamos las imágenes captadas por nuestros ojos. Es en estos órganos donde iniciamos el proceso de la visión y ahora un nuevo estudio ha ratificado la ventana que supone para nuestro cerebro.

Nuestras pupilas no solo son capaces de reaccionar a la luz que les llega, sino que además también pueden ser el reflejo de nuestro estado de ánimo. El interés, la dejadez o incluso la excitación puede reflejarse claramente en nuestras pupilas. No en vano, incluso el FBI utiliza el tamaño de las pupilas como verificador para saber si una persona miente.

Según la investigación, en base a la información publicada en Investigación y Ciencia, el laboratorio del Instituto de Tecnología de Georgia ha sugerido mediante un estudio que el tamaño de nuestras pupilas está ligado a las distintas diferencias de cada persona a nivel de inteligencia.

Pupilas mayores, mayor inteligencia

Según el citado estudio, llevado a cabo mediante el uso de pruebas de razonamiento, debemos atender al tamaño de las pupilas si queremos deducir el nivel de inteligencia. Así, unas pupilas de mayor tamaño conllevarían una mayor inteligencia. A través de tres estudios, los resultados de las pruebas de razonamiento indicaban que las personas con mayor inteligencia eran las que poseían unas pupilas de un tamaño inicial mayor que el resto.

Por el contrario, las poseedoras de una puntuación más baja contaban con unas pupilas de un tamaño estándar. El tamaño de la pupila, según el estudio, se refiere al diámetro negro de la abertura circular que puede abarcar un tamaño desde los dos hasta los ocho milímetros.

Estos resultados fueron obtenidos a través de una investigación cuya principal meta era saber el esfuerzo mental que supone tareas memorísticas. Ya durante los años 60 y 70 del pasado siglo, el psicólogo Daniel Kahneman estableció la dilatación de las pupilas como un medidor del esfuerzo mental. Recientemente, estos investigadores han podido descubrir la relación que existe entre la inteligencia de la persona y el tamaño de las pupilas, desmitificando esta relación entre esfuerzo y tamaño.

Para refutar la apreciación inicial, las pruebas cognitivas se han realizado en 500 voluntarios, de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, en la ciudad de Atlanta. Para la medición ocular se utilizó un rastreador ocular, el cual es capaz de percibir el reflejo de la luz mediante una cámara.

El proceso de medición se realizó a cada participante durante cuatro minutos, mientras veían una pantalla en blanco. De esta manera, se obtuvo un examen inicial del tamaño en reposo del tamaño de las pupilas de cada participante. Se tuvo en cuenta también la iluminación del lugar de las pruebas, dado que las pupilas tienen a contraerse o  dilatarse según la luz, por lo que se mantuvo en total penumbra. 

Para la fase de las pruebas cognitivas se midió la inteligencia fluida, habilidad para razonar a través de las dificultades, la memoria de trabajo, capacidad para recordar información en el tiempo y el control de atención, referido a la habilidad para poder centrar la atención con distracciones. 

De este modo, aquellos participantes que contaban con un mayor tamaño de pupila también eran poseedores de una capacidad mayor de inteligencia fluida y control de atención. No obstante, la mayor memoria de trabajo aunque mayor no era destacable. Las personas con más edad asimismo presentaban pupilas más pequeñas.

Como conclusión, la explicación a dicha relación estaría en la actividad del locus cerúleo. Este formaría parte del tronco cerebral y es el encargado de liberar norepinefrina, regulando la percepción, la memoria o la atención. Debido a este locus cerúleo, las personas con pupilas más grandes cuentan con una mayor regulación de la actividad del cerebro. De momento, se encuentran en investigaciones para confirmar y determinar de manera definitiva la relación entre este diámetro y mayor inteligencia.

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